10 años desde que Christopher Eccleston tomó la mano de Billie Piper y le dijo que corriera. En aquel año (2005) Doctor Who era una serie muy famosa en Inglaterra, pero con solo unos cuántos fans alrededor del mundo. Nunca se imaginaron que no solo la serie volvería a tomar fuerza en su tierra natal, sino que el avance en los medios de comunicación la convertiría en un fenómeno mundial. En el 2011 yo averiguaba acerca de la serie por mi cuenta, sin que nadie conocido supiera de lo que estaba hablando. En el 2014 estaba en el Teatro Metropólitan junto a cientos de personas en un evento especial con el elenco para presentar la nueva temporada. ¿Cómo ocurrió todo esto? Todo se lo debemos a que Russell T. Davies mantuvo su visión de revivir una serie que terminó en los 80 e intentó regresar en los 90. Es evidente que el nuevo siglo necesitaba de nueva cuenta al Doctor.
Los fans se refieren a este retorno como el Nu-Who. Algunos lo utilizan como mero modo de identificación, mientras que otros han decidido usarlo de manera despectiva. Una de las ventajas de la serie es que ha podido cambiar de formato a lo largo de los años. Su regreso en el 2005 no fue la excepción, dándole un giro más adecuado para la audiencia de aquellos tiempos. Sin embargo, es sorprendente cómo la serie logró capturar la atención de millones con malos efectos en una época en la cual se le empezaba a dar mayor valor a un festín hueco de CG que a una historia bien contada.
Creo que lo que nos llamó a muchos fue que el universo de Doctor Who es muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Sus viajes a través del tiempo y del espacio siempre presentan consecuencias, provocando que lleguemos a plantearnos preguntas de caracter moral, filosófico e incluso existencial. El Doctor es un personaje bastante complejo el cual se presta a una gran cantidad de lecturas, teniendo diferentes características cada una de sus regeneraciones. Si bien hay muchas razones por las cuales somos fans de Doctor Who, creo que una de ellas en particular radica en que muchos nos identificamos con el Doctor. Todos tenemos una versión favorita, pero creo que a varios nos llegó el monólogo final del Onceavo Doctor. Todo el tiempo estamos cambiando, pero es importante no olvidar quiénes somos y cómo fuimos en el pasado.
Viendo las cosas en perspectiva, muchos de los elementos que han caracterizado esta "nueva" versión de la serie se han vuelto cansados y es momento de cambiarlos. Es hora de dejar atrás cosas como: "la acompañante debe de sentirse atraída por el Doctor", "acompañante joven y atractiva de la Tierra que vive en el siglo XXI", "giros en la trama por el simple hecho de tenerlos", "no hay mujer en el universo que se resista a los encantos del Doctor" y "todo debe girar alrededor del Doctor". El cambio de sexo de the Master es un claro ejemplo del querer modificar las cosas al combinar elementos de los que he mencionado. ¿Funionó? Para algunos, en lo personal siento que la serie requiere urgentemente un cambio de showrunner. Steven Moffat nos ha dado muy buenas historias (además de Sherlock), pero creo que ya es momento de que otra persona se haga cargo.
Creo que es momento de celebrar y las mejores opciones para hacerlo son viendo Rose, el primer episodio del Noveno Doctor o The Day of the Doctor, especial el cual, siendo honestos, es más una celebración enfocada a esta estapa de la serie que a sus 50 años.