Hace unos años vimos que Japón no tiene la necesidad de acudir a Hollywood para poder realizar adaptaciones de sus mangas y animes. Rurouni Kenshin es una buena adaptación del manga escrito por Nobuhiro Watsuki, balanceando el estilo de oriente con lo que ellos han aprendido del cine occidental. En Rurouni Kenshin: Kyoto Inferno vemos que han logrado aprender algunos trucos de Hollywood, pero sin llegar a caer en sus errores. ¿Qué tal quedó la primera parte de la historia favorita de los fans de Samurai X? Empecemos con los spoilers.
Creo que todos los fans de Kenshin coincidimos en que el arco de Shishio es el mejor. Cada integrante de ambos bandos posee una historia interesante y el villano es un digno rival para Kenshin. Sin embargo, esta historia es bastante extensa, así que mucho se tendría que omitir para la versión fílmica, a pesar de haber seguido el ejemplo de Harry Potter o Hunger Games al dividir la historia en 2 partes. La película logra funcionar, pero esto no significa que sea perfecta. A pesar de tener una película antes de esta, la despedida de Kenshin y Kaoru no posee el peso que en el manga. No los hemos visto tanto tiempo juntos como para enternecernos por su despedida y comprender por qué Kaoru decide alcanzarlo en Kyoto. Aoshi sale sobrando, al no existir versión cinematográfica de su historia con los miembros del Oniwabanshu, su aparición resulta repentina y carente de impacto. Si, llega y hace lo mismo que en el manga, pero aquí se convierte en el McGuffin de Misao. Aoshi se convierte en esos personajes con los que la película te dice "Ah, ¿Qué no leíste el manga o viste el anime? Pues ni modo, los fans si lo ubican y estarán felices de verlo".
Dicho esto, los aspectos positivos superan a los negativos. La introducción de nuestros héroes es con ellos aplicando el Meta: Viendo una obra de teatro no oficial acerca de Battosai. El colmo es que nadie reconoce a Kenshin a pesar del color de cabello y la cicatriz en su mejilla. El director Keishi Otomo decide utilizar la tendencia americana de modificar la vestimenta del héroe en cada película. Kenshin deja atrás su característica yukata roja para utilizar azul y blanco. Esto se puede explicar como Kenshin dejando atrás su vida pacífica para volver de nueva cuenta al camino del vagabundo, con la posibilidad de matar y regresar a ser Battosai. Un buen detalle que no aparece en el anime.
Shishio está perfectamente bien adaptado. Las 10 Espadas lucen y actúan como deben, seguramente no veremos sus historias, pero es un sacrificio justo ya que tenemos bien establecido quién es Shishio. Se entiende que Kenshin se sienta responsable, ya que él fue quien lo sustituyó al abandonar su vida como Battosai. Tatsuya Fujiwara entendió a su personaje, mostrándose altanero, confiado y creyente de sus principios. Sabe que puede ganarle a Kenshin, pero decide darle la oportunidad de prepararse para poder pelear al mismo nivel. Sojiro mantiene ese aire alegre que caracteriza a su personaje, incluso hace los brincos que siempre realiza durante las peleas. Su historia tiene mucho qué ver con cómo lo vence Kenshin, espero que en la tercera parte nos muestren un flashback.
Las peleas siguen siendo impecables. Creo que lo dije en la reseña anterior, pero debo reafirmar que este es el tipo de secuencias de acción que esperaba de las precuelas de Star Wars. Obviamente hay ensayos detrás de ellas, pero en pantalla luce totalmente natural, en especial la pelea de Kenshin contra Sojiro. Si bien Japón ha ido aprendiendo algunos trucos de Hollywood, creo que ellos poseen algunos elementos que no estaría mal tenerlos en las películas occidentales.
Para mi lo mejor fue el final. Durante toda la película me preguntaba si tendríamos la presencia de Seijuro Hiko, el maestro de Kenshin. El cambio en la historia con la llegada de Kaoru durante la pelea contra Sawagejo Cho en lugar de ocurrir en el entrenamiento con Seijuro me hizo pensar que había sido completamente eliminado. Incluir a Cho tiene mucho que ver con su popularidad entre los fans, pero le dieron la importancia necesaria como para no quedar como simple fanservice, volviéndose informante de Saito después de ser capturado. Seijuro Hiko hace su aparición al final, generando el cliffhanger perfecto para la historia. Esto funciona para los fans y aquellos quienes solamente han visto las películas. El look que tiene Masaharu Fukuyama deja bien claro que se trata de Seijuro, pero para la audiencia común funciona como un misterio de quién rescató a Kenshin. Esta manera de darle gusto a los fans sin caer en el fanservice barato es algo que no saben hacer en EUA, tan solo vean el final horrendo que tuvo Legend of Korra, cumpliendo la fantasía más deseada de los pervertidos de Tumblr.
Rurouni Kenshin: Kyoto Inferno es una buena secuela que nos invita a salir de la rutina del cine occidental, bien balanceada tanto para fans, así como para personas que deseen ver una cinta japonesa que no sea de terror. Es una lástima que no haya llegado de manera oficial a nuestro país, pero quizás con la salida a la venta de la tercera parte alguna compañía se anime a sacar una caja con las 3 películas.
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