Estamos viviendo la época más oscura de Star Wars, de eso no hay duda alguna. The Last Jedi logró dividir a los fans, mientras el enfermo de Rian Johnson cumplía su retorcido sueño. Las jugueterías están llenas de mercancía que absolutamente nadie quiere. Las voces de aquellos que estamos molestos por lo que está haciendo Kathleen Kennedy son cada vez más fuertes, mientras que aquellos que se mantienen fieles (por payola o por poco criterio) siguen viviendo en una burbuja donde todo sigue en armonía. Una de las evidencias de que todo iba a derrumbarse fue el drama detrás de la producción de Solo. Los directores Phil Lord y Christopher Miller fueron despedidos poco antes de terminar la filmación. Su lugar fue ocupado por Ron Howard y con esto se inició una campaña de control de daños la cual no funcionó. Con los peores números tanto de reseñas como de taquilla para una película de Star Wars, Solo llegó a las salas. ¿Qué tan malo fue el resultado final? Empecemos con los spoilers.
Varias personas me han preguntado cuál es mi opinión acerca de cómo veo el conflicto entre los primeros directores y Kennedy. Al igual que con la gran mayoría de aquellos que han abandonado los proyectos de Star Wars, Lord y Miller fueron contratados por su manera tan peculiar de dirigir. Sin embargo, esta fue la misma razón por la cual Kennedy decidió despedirlos. Es como si contrataran a un par de cocineros porque hacen excelentes hamburguesas y desean que ellos preparen la comida de un evento, solo para tratarlos mal y correrlos porque no están preparando tacos. El guión fue escrito por Lawrence Kasdan y su hijo, Jon. Pensaríamos que tener a un veterano nos garantizaría un buen resultado. Gran error. En su lugar tenemos un guión blando, carente de encanto, el cual parecería más una lista de cosas que deben cubrirse durante dos horas. Al ver el resultado final, creo que es bastante comprensible por qué Lord y Miller grabaron tomas alternas en las que los actores improvisaban. Querían darle algo de vida a una historia bastante mediocre. En su lugar tenemos lo que podría ser un episodio de relleno en alguna serie. Lucasfilm promete que hay espacio para la creatividad, pero se escandalizan ante la primera muestra de ella. "Ay, perdona, ¿pero qué no Rian Johnson entregó algo diferente y todos ustedes lo odiaron? No se les puede dar gusto.", dirá algunos fans que aplauden todo lo que tenga el logo de Star Wars. La respuesta está tanto en el video al que le puse el hipervínculo al inicio de la reseña (Johnson solo buscaba insultarnos a la enorme mayoría) y en Infinity War, el ejemplo perfecto de cómo no darle a la audiencia lo que espera y triunfar.
Uno de los mayores problemas con a los que nos enfrentamos con el Star Wars actual es la agenda que Kathleen Kennedy ha forzado desde que tomó el poder. Sus ideas son impuestas, no hay equilibrio alguno. ¿Cómo lo vemos esto en Solo? Poco antes de estrenarse la película, Jon Kasdan tuvo la "brillante" idea de anunciar que Lando Calrissian era pansexual. ¿Ya lo googlearon? Bien. Lo peor es que, al igual que muchos de los empleados de Lucasfilm, su postura al respecto fue totalmente ofensiva, alienando más a los fans. Días después Donald Glover confirmó la declaración y dijo que era "imposible no serlo en el universo de Star Wars". Como es costumbre en este tipo de declaraciones que solo buscan complacer a los Social Justice Warriors, en la película realmente no vemos nada de esto. Lo que si tenemos en Solo es la máxima expresión del cáncer que está matando a Star Wars y su nombre es L3-37. Por mucho, el peor personaje de Star Wars. Rose Tico y la Almirante Holdo logran verse menos nefastas al lado de este droide. En ella vemos reflejada a todas esas personas que se han encargado de joder comics, series y películas durante los últimos años. Un ser que solo busca ofenderse por todo, quejarse y destruir. No hay alguna escena en la que realmente explique su postura o se exprese de manera pacifica. Al igual que Kennedy y sus secuaces, su misión es contaminar un universo en el cual no existían este tipo de posturas tóxicas. A diferencia de muchos, me niego a culpar a Disney de esta situación. De ser ese el caso, ¿Por qué las películas de Marvel no presentan este tipo de problemas? No hay faltas de respeto ni ataques sexistas dentro y fuera de sus producciones. La relación entre ellos y sus fans es armoniosa, mismo caso con Pixar.
Ok, vamos a enfocarnos más en la película. Alden Ehrenreich hace un pésimo trabajo como Han Solo. Se corrió el rumor de que Ehrenreich lo estaba haciendo tan mal que tuvieron que contratar a un coach de actuación para ayudarlo. Como parte del control de daños, argumentaban que no buscaban una imitación de Harrison Ford, sino a alguien que fuese capaz de interpretar a Han Solo. El resultado final es una interpretación bastante sosa que a momentos nos da una mala imitación. Lo mismo se puede decir del sobrevaluado Donald Glover, quien fue puesto en un pedestal por solo un par de segundos en los que aparecía en los trailers. En ningún momento vi el por qué hay gente pidiendo que se haga una película de Lando. Es gracias a ellos que Solo se siente como un fan film en el cual ninguno de los actores ni los escritores realmente conocen a los personajes. Emilia Clarke, Woody Harrelson y Paul Bettany no tienen mucho con qué trabajar. Sus personajes se limitan a ser el interés amoroso, el mentor/traidor y el villano genérico. Nunca hay algo que nos haga interesarnos en ellos. Quien realmente se luce y hace que esta película sea soportable es Joonas Suotamo como Chewbacca.
La historia no ofrece absolutamente nada nuevo o interesante. Rogue One fue un desastre durante toda su producción, pero el producto final valió la pena. Veíamos a los Rebeldes y al Imperio desde otro ángulo, haciéndolos más complejos. Aquí todo se mantiene exactamente igual, no hay algo que no hayamos visto en este universo y los personajes no son presentados de una manera que llame la atención. Toda la serie de eventos por las que pasa Solo únicamente sirven para que vaya adquiriendo las cosas que posee en la trilogía clásica. Lo que realmente debimos haber tenido era lo que tanto nos prometieron: Ver cómo sus experiencias lo habían moldeado en el tipo arrogante, desconfiado e interesado que conocimos en Mos Eisley. Teníamos que verlo aprender a estafar, a correr grandes riesgos a cambio de una recompensa y de paso recorrer la galaxia para crear su fama en el bajo mundo. Nada de eso ocurre. El universo se queda exactamente igual, no hay nada que lo expanda. En su desesperación por quererse vender como parte de Star Wars tenemos parte del amado track Asteroid Field durante la secuencia de Kessel y un cameo de Darth Maul con notas de Duel of the Fates con tal de querernos convencer. Lo único que verdaderamente sabe a Star Wars es la escena de Qi'ra y Han en el camarote de Lando. ¿Lo irónico? Esa escena la dirigió George Lucas, luego de sugerir que Han dejara caer la capa en lugar de colgarla.
Solo: A Star Wars Story es la confirmación de que los encargados actuales de Lucasfilm no tienen idea alguna de lo que están haciendo, pensando que la mejor estrategia es insultar a sus fans. Esta es la última película de Star Wars que veré en cines. Episodio 9 no me interesa en lo más mínimo y dudo que la película de Boba Fett llegue a ofrecer algo interesante. ¿Qué podría rescatar a la galaxia? Que pongan a una persona competente a cargo y que entienda que a los verdaderos fans NO nos interesa el color de piel, sexo y orientación sexual de un personaje, solo queremos que estén bien escritos y que nos cuenten una buena historia.