El caso de Matrix Reloaded es uno muy peculiar. La primera fue un proyecto de presupuesto limitado la cual influenció a la industria cinematográfica, así como a la cultura pop cercana al cambio de siglo. Sin embargo, pocas personas vieron Matrix como algo más que una simple película de acción. El éxito de esta cinta fue gracias a su don y maldición: Encajar perfectamente en la clásica estructura del camino del héroe de Joseph Campbell.
Warner Bros. armó toda la campaña en grande. Tuvimos el corto animado The Final Flight of the Osiris acompañando a Dreamcatcher (pésima película), después una colección de cortos llamada The Animatrix, con unos muy buenos y otros que salían sobrando, un comic con historias dentro de Matrix (explicando cosas como el de dónde sacaron las cosechas que le ofrecen a Neo) y un juego llamado Enter the Matrix, el cual presentaba escenas que conectaban directamente con The Matrix Reloaded. A esto le sumamos product placement de Samsung, Powerade, Heineken y Cadillac. En esta ocasión estábamos ante todo un evento multimedia. Todo listo, esperando que la respuesta por parte del público fuese la misma o más fuerte que en 1999. Qué equivocados estaban.
Las secuelas se acercarían más a ese ángulo de análisis filosófico y
es ahí donde las cosas chocaron, generando las críticas que se mantienen
hasta estos días. Los filósofos Cornel West y Ken Wilber fueron
invitados un día al set e iban con toda la intención de darle la vuelta a
los Wachowski y demostrar que no sabían un carajo. Para su sorpresa,
todo lo que les preguntaron fue respondido, resultando en una amistad
con ellos, que Cornel West saliera como uno de los miembros del Consejo de Zion y que grabaran un comentario para las 3 películas (muy
recomendable, por cierto).
Recuerdo que la reacción general fue confusión. Muchos decían que les gustaba, sin embargo, se limitaban a comentar acerca de las secuencias de acción. Muchos otros salían impactados por el plot twist que nos mostraba que Neo no era el primer único y la posibilidad de que Zion era otra simulación de la Matrix. Otros juraban que todo lo dicho en la película no tenía sentido alguno. Desde el monólogo del Merovingian, hasta la explicación de The Architect. Obviamente no son cosas que metes en una película que le vas a vender a las masas, esa en parte fue culpa de los Wachowski. Estamos hablando de la audiencia que adoró a un estúpido pez olvidadizo y unas tortugas presentando uno de los momentos más bajos del doblaje en México. Si estas películas hubiesen sido estrenadas sin tanta publicidad y sabiendo cuál sería su audiencia, habrían tenido un éxito moderado, pero sin problema las encontraríamos en la sección de Cine de Arte. Geeks, intelectuales, hippies y algunos hipsters las tendrían en su colección. Lo que debemos tomar en cuenta es que, sin el dinero que dieron las masas la primera vez, no tendríamos ese nivel de producción.
Hablando de esas secuencias de acción tan bien elaboradas, debo decir que han llegado a envejecer más de lo que desearía aceptar. Hace 10 años, el Burly Brawl era de lo mejor que había visto. Una secuencia que valía la pena repetir una y otra vez. Para mi sorpresa, el Blu-Ray no le ha favorecido en absoluto. Ahora se nota claramente qué momentos son CG, en especial qué partes están hechas por los extras vestidos de Smith y que el 90% de la pelea está hecha por el doble de Keanu Reeves. A pesar de esto, las coreografías y la persecución sigue siendo una de las mejores que se han hecho, esto en gran parte gracias a que combinaron efectos prácticos con CG, por lo cual sigue manteniendo su impacto.
Matrix Reloaded es una película que siempre genera polémica en las pláticas, pero con el tiempo ha conseguido un fanbase que las defiende y les da diferentes interpretaciones. A 10 años de su estreno, vale la pena checar interpretaciones que le han dado, los ensayos que se han escrito acerca de ellas y verla desde otra perspectiva. Les dejo un anuncio que recientemente Hugo Weaving grabó para General Electric.