30 mar 2018

Ready Player One: Cuando la nostalgia es parte de la historia y no simple manipulación.


  Hora de la primera reseña del año. ¿Por qué me tardé meses en volver? Porque he estado ocupado y además porque no me he recuperado de ver cómo asesinaron a Star Wars a finales del 2017. Hay pocos estrenos que me interesan este año y Ready Player One es uno de ellos. Con la avalancha de remakes, reboots y nostalgia trips que hemos recibido en los últimos años, Ready Player One lucía como el punto máximo de esta tendencia. Si, la película está basada en la novela de Ernest Cline publicada en 2011, pero se corría el riesgo de que la adaptación fuese uno de tantos productos huecos. ¿Ready Player One es una película que va más allá de nuestro amor por las cosas con las que crecimos o una estafa más? Empecemos con los spoilers.

 Lo primero que debo aplaudirle a Ready Player One es que haya sido Steven Spielberg el encargado de adaptarla a la pantalla grande. Muchos seguramente se quejaron al ver esta elección, pero creo que fue la correcta y les explicaré por qué. A pesar de que la historia está llena de referencias y homenajes a sus trabajos, Spielberg lo maneja con cariño, comprendiendo las cosas desde una perspectiva la cual no tendría un director joven, alguien que haya crecido con todo lo que hace del OASIS un lugar tan atractivo. No lo convierte en un proyecto de vanidad, no se vuelve un festival de lamida de botas como lo son Super 8, Stranger Things o It (cosa que hubiese sucedido de haberle dado el proyecto a algún director mucho menos experimentado). Aquí lo mantiene tal y como debe de ser: Como parte de la historia que se está contando. Spielberg logra manejar la fuente original del mismo que lo ha hecho anteriormente, esquivando momentos en los cuales podría haber dejado que se escapara su fanboy interno. Un claro ejemplo está en la secuencia de The Shining, la cual quedó bastante bien gracias al gran amor por su colega Kubrick, al cual incluso le cumplió su deseo de llevar al cine A.I., el proyecto que ya no pudo realizar. Las referencias están presentes, el homenaje es bastante claro, pero nunca llega a un nivel en el cual se note algún tipo de favoritismo. 

 Quizá aquellos que estén en contra de Ready Player One dirán que obviamente me iba a gustar porque, al igual que los personajes de la película, tengo un enorme gusto por la Cultura Pop de las últimas décadas. Si bien ese es un enorme plus, no creo que esa sea la única razón. Detrás de todo hay una historia bastante interesante la cual sin duda nos deja un mensaje bastante bueno. Estoy seguro que el libro ahonda mucho más en lo que voy a decir. Para Halliday, el creador de OASIS, las películas, caricaturas y videojuegos eran una forma de escapar de la realidad al no poseer las características necesarias para poder interactuar con la humanidad. Él creó OASIS para poder tener contacto humano en sus propios términos.  
Gran parte de los usuarios empezaron a utilizar el juego para escapar de sus problemas o para explotarlo y sacarle provecho, pero pocos coincidieron en las mismas razones que él. Es aquí donde entra el paralelo que hacen en los trailers con Willy Wonka and the Chocolate Factory. Al inicio, Wade Watts solo tiene amigos dentro del OASIS (o a través de internet) y tiene problemas para relacionarse con las mujeres (su conocimiento acerca de Art3mis estaba basado en sus livestreams). Gracias a toda la aventura que vive para conseguir las llaves, Wade logra superar los obstáculos sociales que Halliday nunca pudo. Al final decide mantener vivo el sueño de Halliday, pero cierra el OASIS 2 días a la semana para que así lo usuarios no olviden que vale la pena vivir en el mundo real. En resumen: Está muy bien que nos gusten mucho todas estas cosas de la Cultura Pop, pero sin olvidar que gracias a ellas podemos conocer a muchas personas y relacionarnos con ellas en el mundo real.

 Hablemos de todas las referencias. Ya las defendí diciendo que son parte de la historia, pero creo que no está de más ahondar en el tema. Gracias a que hay un equilibrio, la película logra atraparnos sin que todo el festival visual y auditivo nos distraiga. Si decidimos ver un poco mientras la historia transcurre, podemos notar que Parzival tiene el cinturón de Han Solo y que la hebilla tiene el símbolo de los Thundercats o que su auto es una fusión del DeLorean con KITT, en otra escena tendremos a soldados de Halo, personajes de Arkham y a los famosos Battletoads como parte de un ejercito. Todos y cada uno de estos elementos tienen su razón de ser. Lo mejor es notar los pequeños homenajes, como cuando se escuchan las notas iniciales del tema de Back to the Future cuando se activa el Zemekis Cube (capaz de retroceder el tiempo 60 segundos) o la marquesina del cine presentando Jack Slater 3 (el personaje de Arnold Schwarzenegger en Last Action Hero). ¿Cuál referencia me gustó más? La aparición del Swordfish II, la nave de Spike Spiegel en mi anime favorito: Cowboy Bebop. La nave aparece en el poster y en el taller de Aech. 

 Ready Player One es una buena película en donde la nostalgia solo es parte del encanto y no una excusa para vender boletos. Si bien se antoja verla varias veces para notar cosas nuevas, su historia invita a analizar qué defectos compartimos con sus protagonistas y qué podríamos cambiar para mejorar. Una cinta que definitivamente vale la pena verse en la pantalla grande.

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