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La sensación que te deja Darko después de verla por primera vez es única. Te deja pensando respecto a qué ocurrió, armando tu teoría, buscando foros de discusión en la red y esperando que alguno de tus amigos ya la haya visto y, si no la conocen, presentársela.
El soundtrack de Donnie Darko es básico en toda colección. El inicio con The Killing Moon de Echo and the Bunnymen (lo cual siempre vi como referencia a Frank the Bunny) no podría ser más perfecto. La letra hasta parece haber sido hecha especialmente para la película. Donnie despertando en medio de la carretera sin saber cómo llegó ahí, sin saber el viaje que le espera. Es curioso ver que Jake Gyllenhaal sigue sin tener idea alguna de qué ocurre realmente en la cinta, pero Richard Kelly sabe perfectamente qué es lo que escribió, una historia tan oscura que Kevin Smith, amigo del director, duda que Kelly la haya escrito. Tanto el inicio como el final poseen un poder único con los temas que eligió Kelly. La versión de Mad World que interpreta Gary Jules para cerrar la cinta es la cereza en el pastel, la pieza que te acompaña al cierre mientras meditas los nuevos detalles que hayas encontrado durante cada vez que la veas de nuevo.
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Quitando esos 2 detalles, Donnie Darko es de esas películas que marcan vidas, cuyos elementos están acomodados de tal modo que no dejan a nadie indiferente. Es momento de verla una vez más, para celebrar su aniversario y porque es de las cintas básicas para estos días de Halloween/Día de Muertos.
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