16 dic 2013

The Desolation of Smaug: La definición perfecta de un Episodio de Relleno.

Creo que desde el inicio dejé bien claro la pésima idea que se me hacía el separar The Hobbit en 2 películas. Mayor fue mi reacción cuando se les ocurrió dividirla en 3. Llegó la primera parte y, a pesar de tener sus errores y momentos huecos, lograba entretener y conectar un poco con Lord of the Rings. El highlight de esa primera parte era la aparición de Gollum. En la segunda entrega, tenemos la aparición de Smaug el dragón, con la voz (y motion capture) de Benedict Cumberbatch. Como ocurre en muchos casos, ya sin las restricciones de presentar a los personajes y el universo que habitan, las segundas partes tienen mayor libertad, presentándonos una mejor historia y secuencias de acción. The Desolation of Smaug no es uno de esos casos, de hecho, estamos ante el equivalente a un episodio de relleno. Un episodio hueco que dura 161 minutos. Empecemos con los spoilers de esta grosería.

 Como preparativo para ver The Desolation of Smaug, decidí darle una oportunidad a la edición extendida de An Unexpected Journey. Creo que desde ahí fue que vi la decadencia de Peter Jackson. Son solo 2 minutos los que valen la pena en esa edición extendida, los cuales bien pudieron haber estado en la edición normal, llenando un hueco y conectando con LOTR: La visita de Thranduil al reino de los enanos y la plática entre Elrond y Bilbo. "Bueno, supongo que no pudo agregar mucho para que la siguiente tenga algo de historia", pensé ingenuamente cuando el resto de las escenas extendidas son más canciones castrantes. Llegó el momento de ver The Desolation of Smaug y fue terrible encontrarse con semejante desmadre en la pantalla.

 Algunos no están familiarizados con el término que utilizo en el título: Episodio de relleno. También se les llama fillers y su finalidad depende en dónde se aplique. En el caso del anime, los episodios de relleno/fillers se utilizan cuando la animación está acercándose al punto argumental en el que va el manga. Con tal de darle oportunidad al manga de avanzar más, se hacen los episodios de relleno. Regularmente llegan a ser historias que suceden durante la trama principal, en otras ocasiones son episodios independientes que no tienen nada que ver con la historia. En raras ocasiones, los episodios de relleno son bien recibidos por los fans, uno de esos casos es La Saga de Asgard, de Saint Seiya/Los Caballeros del Zodiaco. También se aplica la técnica de alargar las peleas lo más que se puedan. Si en el manga solo son un par de páginas, en el anime se puede extender a varios capítulos, claro ejemplo lo tenemos con Dragon Ball Z. The Desolation of Smaug es uno de esos episodios de relleno que se desvían de la historia principal, pero con un par de excusas las cuales, al intentar conectar con ella, solamente provocan inconsistencias en el universo cinematográfico de Tolkien.
 
 La verdad es que Peter Jackson no sabe qué contar exactamente, solo busca excusas para jugar más con los juguetitos tecnológicos que tiene a la mano. La película inicia bien, con un flashback de cuando Thorin conoce a Gandalf en el querido Prancing Pony (con cameo de Peter Jackson, cuyo personaje bien podría ser un dunedain, luce igual que cuando lo vimos en FOTR) para así regresar al punto en el cual dejamos al grupo. Apenas conocen a Beorn, el guión se esparce por todos lados e iniciamos con el episodio de relleno. Se supone que Gandalf era la mayor excusa para hacer de un libro pequeño 3 películas de 2 horas y media cada una. Los defensores de Jackson argumentaban que "Los Apéndices que escribió Tolkien tenían suficiente información acerca de lo que hace Gandalf cuando se separa del grupo". Lo malo es que aquí con trabajos sale y, lo que llega a hacer, se conecta directamente (y de modo muy forzado) con Lord of the Rings. Todo el asunto del Necromancer (y el cliffhanger en el que nos dejan) se entendería si The Hobbit transcurriera 6 meses o 1 año antes de los eventos de Fellowship of the Ring. Gandalf sabe del peligro latente, pero aquí te lo ponen como si ya estuviese a nada de ocurrir el retorno de Sauron.
 En cuanto a Bilbo, tenemos un problema muy parecido al de Gandalf. Peter Jackson decide meterle muchisima más importancia al anillo de la que debiera. Entiendo que se hagan cambios para las películas y que el anillo no sea una simple herramienta como en el libro, pero aquí le dan una importancia tal que no encaja con lo que vimos en Lord of the Rings. Vemos que Bilbo se vuelve más sanguinario, más oscuro. Gandalf lo nota, lo cuestiona y este se zafa de inmediato. El cambio solo le dura un rato y de ahí pasamos a Bilbo teniendo visiones de Sauron cuando lo vuelve a utilizar. Bilbo empieza a presentar los cambios que vimos en Frodo. El problema es el siguiente: Si Bilbo empieza a ir por el mismo camino, para cuando lleguemos a Fellowship of the Ring, Bilbo tendría que ser un Gollum hecho y derecho. Con todo el asunto del Necromancer y Dol Guldur, el poder del anillo no está "dormido", sino a la misma capacidad que en Lord of the Rings. Las visiones que tiene al ponerse el anillo harían que Bilbo decidiera dejarlo tan pronto terminase su aventura. En los libros y películas nos dejan bien claro que Bilbo no está consciente del poder que reside en el anillo.

 Desde que se anunció que The Hobbit serían 3 películas, mi comentario fue que, si en el libro les pasa una mosca enfrente y la espantan, en las películas eso se convertiría en una batalla. Aquí nos la cumplen con escenas como la pelea contra las arañas y la horrenda escena de los barriles. ¿Era necesario que durase tanto? Más importante aún: ¿Toda esa acción realmente nos aportó algo, de menos atractivo visual? Lo único que nos dejó bien claro es que, 10 años después, Legolas sigue siendo el amo del CG malo. Smaug luce increíble, pero los elfos y enanos CG son de pena ajena.
 
 La mayor parte del relleno reside en Bard y el pueblo de Esgaroth. Aquí repentinamente la película deja de ser The Hobbit para ser... pues... una cosa de total y absoluta hueva. Ni la presencia de Stephen Fry la salva. Vemos la historia de Bard, su relación con la gente del pueblo y el pasado de su familia con Smaug. ¿Todo esto es esencial para la historia de Thorin y sus amigos? Para nada.La historia llega a un alto total, al punto en el que no sabemos qué carajo estamos viendo. Y, si esto fuera poco, tenemos a un enano enfermo el cual es rescatado por Tauriel, una elfa inventada, interpretada por Evangeline Lilly. ¿Podría tener más relleno todo el asunto? Claro que sí, agreguemos a Legolas para así tener un triangulo amoroso: Un elfo y un enano tras una elfa. Material digno de cualquier fanfic.

 Ahora, el evento principal: El encuentro con Smaug. Benedict Cumberbatch habló acerca de los 2 personajes que interpreta en la trilogía: Smaug y el Necromancer. Mientras que su voz como el Necromancer merece mención al ser algo bastante elaborado, con Smaug su interpretación se pierde ante los cambios que le realizaron en post-producción. Se pierde entre tanto efecto. El dragón luce muy bien, hay momentos en los cuales las cosas son tal y como las imaginé al leer el libro, pero de nueva cuenta, Peter Jackson se encarga de alargar tanto las cosas que la atmósfera se pierde y solamente deseas que logren escapar tan pronto sea posible. Es uno de los momentos clave en la historia y termina siendo insoportable.
 
 The Hobbit: The Desolation of Smaug es la mayor excusa para hacer negocio con los fans. En estos días estamos acostumbrados a que los libros se dividan en varias películas, pero es con The Hobbit que Peter Jackson se luce y nos ofrece un producto que dura mucho y ofrece poco. Con la salida de There and Back Again, esta trilogía necesitará un fan-edit del cual puede surgir una película decente de 3 horas.

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