2 jun 2015

Mad Max: Fury Road. Un espectáculo visual con poca historia.

 No planeaba escribir acerca de esta película. De las anteriores solo recuerdo que sale Mel Gibson y que hay una mujer con un mohawk, pero la insistencia de varios amigos me convencieron de ver Mad Max. Esta reseña será mucho más corta que el resto ya que en lo personal siento que no da mucho de qué hablar. Al menos yo no le encontré todas esas maravillas de las que todo mundo habla. Empecemos con los spoilers.

 George Miller regresa a la famosa franquicia después de darnos Babe y Happy Feet. Él estuvo a punto de dirigir Justice League: Mortal, película armada al vapor con tal de alcanzar a Marvel. Fury Road tardó más de 10 años en poderse realizar. Originalmente Mel Gibson regresaría, pero los problemas post-911 evitaron la posibilidad de viajar a países desérticos para filmar. El protagónico pasó a manos de Heath Ledger, pero esto no pudo ser por las razones que todos conocemos. El papel cayó en manos de Tom Hardy y él es a quien vemos en Fury Road. 

 Si he de comparar Mad Max con otra película, ésta sería Tron Legacy. Una película armada exclusivamente para los fans. "¿No estás informado acerca del universo de Mad Max? Qué pena, porque nosotros no te vamos a explicar un carajo". La película inicia pensando que tú ya conoces a la perfección ese universo. Yo me sentí tal y como le dice Walter a Donny en The Big Lebowski, como un niño el cual entra a la sala a la mitad de la película y quiere entender de qué se trata. Me sentí totalmente fuera de mi elemento. La película sería mucho mejor si incluyera un tratamiento especial el cual películas como John Wick si poseen: El no explicar los elementos que integran la historia, pero manejarlos de tal modo que no genere que el espectador se pierda. Aquí tuve que acudir a internet para entender algunas cosas, mientras que otras se quedaron sin resolver. ¿Qué tan diseñada para los fans es Fury Road que al parecer el personaje de Hardy es un niño que apareció en las cintas anteriores? Al menos esa es la teoría que se maneja.

 Al no explicar nada y desarrollar a los personajes, la conexión con la película es nula. Se le aplaude a Miller que haya optado por usar la mayor cantidad de efectos prácticos posible, acudiendo al CG solamente en casos muy necesarios. El problema es que, sin historia, ver Mad Max y ver un episodio al azar de Los Autos Locos es lo mismo.

 Lo positivo en esta película es la manera de actuar de Max. Es un hombre el cual se encuentra en medio de un conflicto el cual sucedería con o sin su presencia. Nunca se une al equipo de Furiosa con la finalidad de ligársela a ella o a alguna de las esposas (cosa que tranquilamente sería la trama de algún anime). El busca sobrevivir y sabe que el mejor modo para hacerlo es ayudando a Furiosa. La mentalidad de Max es muy diferente a la del resto de los hombres en ese universo, le toma muchos intentos convencerlas de que está de su lado sin buscar algo aparte. Esto sumado al carácter de Furiosa tiene a muchos grupos aplaudiendo la película.

 Mad Max: Fury Road es una película diseñada exclusivamente para los seguidores de la franquicia. Se le reconoce el aspecto técnico, pero no creo que sea una cinta que todo el mundo deba ver.

1 comentario:

Pau Kuri dijo...

Amé a furiosa!! Mad Max: Fury Road es una lección de cine, y la misma realiza un juego de regeneración dentro del propio arte que funciona a diferentes niveles. El elenco espectacular, no sé, pero las películas de Charlize Theron para mí se están convirtiendo en sinónimo de éxito, en fin. Retomando la película, debo decir que Mad Max no sólo recupera a uno de los mitos cinematográficos por excelencia de los ochenta, lo ajusta a las nuevas formas, y tiempos cambiantes, para abofetear sin compasión a la ameba que es hoy día el espectador. Por otro lado, la sangrienta ironía final, la de recuperar la esperanza a partir del orden reestablecido, acabando con la tiranía más cruel, aquí representada en el simple H2O, es toda una declaración de intenciones por parte de un cineasta que conoce perfectamente el lenguaje del cine, un arte destinada, como las demás, a ser la herencia del ser humano, a hablar de él.