No pensaba escribir al respecto, pero aquí va.
Anoche me aventé la nueva película de Pixar titulada Wall-E. A mi generalmente me cagan la madre las películas de Pixar, pero haré lo posible por ser lo más derecho posible al plasmar mi opinión.
Cuando vi Toy Story por primera vez en el cine, me agradó bastante. Me gustó el planteamiento de que los juguetes tienen sentimientos –aunque ya después supe que esa idea era de Jim Henson- y cómo reaccionan ante la llegada de un juguete nuevo, al ya no ser atendidos por sus dueños y, en el peor de los casos, ser víctimas de mutilaciones. Salió la segunda y a partir de ahí perdí la fe, siendo Toy Story 2 prácticamente la misma puta historia solo con un par de cambios. Veo a los escritores con John Lasseter en plena junta y a las 3 horas diciendo “total, ahora que vayan a buscar a Woody, que el malo sea el estereotipo de muchos de los que consumen nuestros productos y a eso le agregamos referencias a otras películas”.
Antes de la 2 estuvo la mediocre Bug’s Life, pero ya con la fórmula facilona de “personajes tiernos que generen ventas, estereotipos y chistes simplones/de pastelazo” bien armada, sacaron Monsters Inc. y Finding Nemo. La base de la primera es que le genere ternura a la gente el pinche Sulley “porque es abrazable” y la jodida escuincla Bu, ¿porqué? Porque dice “Bu”. Era castrante ver a niños y adultos imitarla por todos lados. En lo que respecta a Finding Nemo, el gusto de la gente por la misma se centra en la pendejez de Dory, el pinche pez que sigue al papá de Nemo y las tortugas “que hablan como si estuvieran pachecas”. Si, se que hay gente que dirá “pero no jodas, ambas películas si tienen historia y su respectivo mensaje”, pues si, no lo niego, pero hasta ahora nunca he visto que a alguien le gusten esas películas por eso, todo es acerca de las cosas “chistosas”. Así que las citas de éstas dos películas que la gente pueda utilizar en su léxico se limitan a “¡Bu!” y “¡Whoa!”... brillante.
No crean que todo será echar mierda, más adelante comentaré lo positivo, pero ya para desahogarme, hablaré de la que creo que es la mayor bola de caca de Disney/Pixar: Cars. Ésta mamada desde que empezaron los anuncios me dio mala espina. No solo el nombre es pendejamente sencillo, sino que también los diseños: carros con ojos y boca... y no solo eso, sino que esos diseños eran jodidamente parecidos a los utilizados en los comerciales de Bardahl durante décadas. ¿De qué rechingados se trata?
La evité a toda costa cuando apareció en el cine y esperé toparla en algún momento para terminarme de formar mi opinión. Un día la pasaron el HBO y decidí ver si algo valía la pena de esa madre o no. Empieza la película y me voy topando conque es la misma pinche historia de Doctor Hollywood con Michael J. Fox, solo que con autos. A eso le sumamos, como es costumbre, el meter estereotipos y de paso echarse 40 minutos sin contar ni madres, solo ver al pendejo Lightning McQueen pavimentando el puto pueblo. Por si fuera poco, no solo aparecen un madral de autos, sino que también vemos sus variantes las cuales, obviamente, estarán a la venta. El mensaje que manejan sinceramente no lo captan los niños –me consta-, se dirige más a los adultos. Ante esto, vemos que Cars es un puto comercial de dos horas.
Antes y después de éste bodrio, se dieron lo que considero excelentes películas: The Incredibles y Ratatouille, cuya magia reside en Brad Bird. Con Los Increíbles, no solo la historia es muy buena, sino que los personajes poseen características con las que la audiencia se puede identificar –espero que con Nemo nadie saliera del cine feliz diciendo: “Jajaj, soy tan pendejo/a como Dory”-, sin importar su edad. Entre los mensajes que se pueden rescatar está el no vivir de viejas glorias, hacer lo que uno desea de su vida y estar agradecido de lo que nos toca vivir en el presente. Si, hubo quien dijo “no mames, es que son los 4 Fantásticos”, y hay cierta influencia, no se le niega para nada, pero bien hemos visto que la cartera de superpoderes no es tan extensa como pensábamos –véase el caso de Heroes-, que es mayor influencia Watchmen y que, para cerrar el caso, ésta cinta estuvo mejor que las 2 de Fantastic Four.
Con Ratatouille no tenía nada de fe, principalmente porque se acababa de dar la cacota de Cars, me enteré que nuevamente Brad Bird estaría involucrado, pero los posters no invitaban para nada. Me animé a verla cuando salió y de inmediato me enganchó, el espíritu que le mete Bird a sus cintas es inconfundible y de nuevo lo que llama es la historia y sus protagonistas, no tanto los chistes ni los personajes diseñados para vender. Es increíble como Bird logra que uno se identifique con Remyy Linguini, sin necesidad de ser niño o adulto, el mensaje que brinda es como el de Rocky Horror Picture Show –solo que sin gueyes con medias-: No lo sueñes, sélo.
Es así que llego a Wall-E. El primer avance que vi fue durante Golden Compass, no me llamó mucho la atención, pero el diseño del personaje se me hacía familiar. Al final soltó su nombre y con eso me di cuenta que sería la muerte ver la película en cine lleno de adolescentes y señoras con sus niños. Empiezan a vender la cinta como Nemo y Monsters Inc., de “prepárese éste verano para un nuevo maratón de expresiones melosas”.
Empiezo a hacer memoria y recuerdo una película de los 80 titulada Corto Circuito, en la cual aparecía un robot llamado Johnny 5, el cual posee actitudes humanas y que, curiosamente, parecería algo así como el hermano mayor de Wall-E. No fui el único que lo notó, en los foros de IMDB hay muchos mensajes al respecto, lo que me emperra aquí es que se supone que Pixar es un estudio el cual tiene a verdaderos chingones en diseño, gente la cual destaca por ser muy creativos en su trabajo... ¿Entonces porqué perra madre acaban fusilándose a un personaje de los 80? ¿Que acaso pensaron que nadie lo iba a recordar?
Haciendo eso al lado y recordando el pedo que fue para Pixar el hacer la publicidad para Ratatouille –sabiendo esto por Jim Hill Media y Mr. Monkey-, decidí darle chance a Wall-E y ver qué había más allá de los sonidos que emite. Para evitarme los castrantes “¡Aaaaaaaaaay, mi vidooooooooooooooo!”, “¡Cositaaaaaaaaaa!” y demás expresiones que resultarán de las acciones de Wall-E, decidí bajarla del a red y verla en casa para evitar que cosas externas afecten mi juicio.
Wall-E es una película entretenida y un riesgo que decidieron correr los realizadores, ya que logran mantener la atención de la gente a pesar de que 40 minutos de la cinta carecen de diálogo. Si, lo logran extendiendo lo más que se puede los chistes echándole encima a Wall-E cuanto objeto se encuentre cerca de él, pero logran transmitir su necesidad de tener a alguien con quien compartir... aunque yo pensé que nos iba a resultar gay porque el cabrón se la pasa viendo Hello, Dolly. A momentos si llega a niveles muy melosos, pero soportables.
Se manejan varios mensajes durante la cinta y, a pesar de que unos están bien planteados, hay otros que pueden resultar ser ofensivos e hipócritas. Al inicio, EVE nos llega a mostrar la mentalidad/programación que millones de personas –gringos en particular, como los que andan en Iraq- poseen actualmente: “haz lo tuyo y chingate todo lo que parezca amenaza”. Para contrastar, Wall-E posee una rutina un poco más humana: despierta, ve a laborar y disfruta lo agradable que te topes, vuelve a casa y tómate un tiempo para ti mismo. El mensaje que transmiten al estar juntos durante la película –o al menos es el mensaje que yo obtuve- es el voltear a ver a los demás, no vivir en automático y ver en qué podemos ayudar.
En cuanto a uno de los mensajes centrales, el cuidar al planeta, creo que lo llegan a presentar bien, sin caer en un fatalismo presuntuoso y mamador –como el comercial de la niña dándole de beber una lágrima suya a su hermanito deshidratado, que puto escozor anal-, viendo que poco a poco dejamos de prestarle atención, al punto en el cual lo dejaremos todo madreado y partiremos a otro lugar. Lo que muchos van a considerar ofensivo, es ver que toda la humanidad ahora está pasada de peso y que ni siquiera se molesta en caminar, se la viven en una silla comiendo y platicando, denigrando con esto a millones de personas que tienen éste problema, bueno, al menos Mr. Monkey y yo teníamos una maestra la cual, de seguir entre nosotros, se habría encabronado bastante.
El mensaje con el que si pecaron bien mamón de hipócritas fue con la razón por la cual el planeta está jodido y el porqué la gente está gorda: las grandes corporaciones. Buy N’ Load es la compañía la cual ha monopolizado el mercado y generó un consumo extremo en el planeta, al punto de terminárselo y dar como opción un crucero el cual lleve a la gente a otro lado sin dejar de disfrutar de sus productos. Es aquí donde te dicen “ya no andes de consumista, preocúpate por el prójimo y por el planeta” y a eso la respuesta es: momento, momento... ¿Me lo está diciendo la compañía que cada año saca productos a lo pendejo junto con la cinta del verano? ¿La compañía que realiza acuerdos de licencias con otras compañías multinacionales para vender cuanta pendejada sea posible? No se ustedes, pero a mi si se me hace una pinche incongruencia, si está más bastardo que la escena de Brad Pitt en Fight Club quejándose de que los medios hacen creer a la gente que algún día serán estrellas de cine o rockstars.
En fin, Wall-E es una película divertida, ¿Se parece a Johnny 5? Si, hasta algunos sonidos son idénticos y en los últimos 15 minutos recuerda mucho al final de Corto Circuito, pero igual tiene su encanto el fregado robot, lo acepto. Es una película de Pixar que si estaría dispuesto a ver más de una vez.