28 jun 2009

Memory Lane 1. Matrix: A 10 años de haber seguido al conejo blanco.

Es junio de 1999. Estoy saliendo de un exámen en segundas vueltas y el Wookie Malhumorado me dice "Guey, tienes que ver Matrix, está de huevos". Para ese momento mi mente le pertenecía exclusivamente a Episodio 1 y lo más que conocía de la película eran las fotos que aparecían en el soundtrack. Sin embargo, decidí ir ese viernes con el buen Wookie a un Cinemex que ya no existe y fue ahí que conocí una de las películas que más me han impactado.

Este fin de semana vi la película para conmemorar estos 10 años y debo decir que lo que más me ha sorprendido es la evolución que ha tenido conmigo. Después de los análisis personales, las diferentes lecturas a lo largo de los años, las interpretaciones que vienen en el último DVD y que se pueden checar en internet y el conocer el resto de la historia, ver la película ha sido una experiencia completamente nueva para mi. Durante la primera proyección a la que asistí sin tener los conocimientos actuales me agradó que podían darse el lujo de no limitarse en cuanto a la acción ya que se encontraban en un mundo ficticio, todo era posible. Los nombres de los protagonistas tenían su porqué al igual que los números y analogías con obras literarias y aquel futuro desolador que nos planteaban se dibujaba como un destino casi seguro para la humanidad. Un truco al más puro estilo de Uri Geller con una cuchara nos hacía preguntarnos acerca de qué significa el que ella no cambiaba, sino nosotros, mientras en más de una ocasión andabamos como idiotas sosteniendo una cuchara mientras movíamos la cabeza de un lado a otro.

Gran parte del éxito de Matrix fue que entraba sin ningún problema en el clásico esquema Campbelliano, sumado a efectos especiales que verdaderamente revolucionaron y hasta hoy en día son homenajeados y/o parodiados. The Matrix va más allá de una película de acción veraniega, cuenta con muchos elementos que hasta estos días la hacen tema de conversación. La pregunta que le daba título al sitio web oficial era lo que muchos teníamos al empezar la cinta: What is the Matrix? La respuesta generó otra pregunta entre los que salían emocionados de las salas cinematográficas: ¿Y si estamos en un mundo de ilusión, donde nada es real? Y dependiendo de cómo lo queramos analizar, la respuesta a esto muchas veces es afirmativa. El soundtrack era compra obligatoria ya que poseía esa cualidad de poderse disfrutar sin haber visto la cinta. A los otakus nos emocionaba ver las influencias como Ghost in the Shell, los comerciales empezaron a hacer referencias -utilizando el famoso código verde hasta nuestros días- y el legendario bullet time junto con las peleas al estilo asiático aparecieron en gran parte de las películas que se filmaron después de su estreno. Recuerdo que después tuve una copia pirata en VHS la cual se veía bastante bien pero sufría de las "editadas" por parte de los vendedores para así hacer que entrase en SP, por lo cual le faltaban partes del interrogatorio de Neo, la presentación de la tripulación y el Agente Smith hablando con Morpheus.



Por mucho que me costara admitirlo en su momento, The Matrix le ganó la corona a The Phantom Menace en aquel verano de 1999, una cinta que inició una franquicia creando un universo nuevo a partir de una serie de elementos existentes, marcando a una generación, influyendo a la industria y creando un estilo. No entré en mucho análisis porque se que me aventaría demasiado tiempo y cuartillas, pero si alguien desea leer un poco más, una excelente opción es Matrix 101. Esto solo ha sido un momento para recordar.

Es verano de 1999 y The Matrix cambió mi vida.


1 comentario:

Bahena dijo...

uffffa, mi estimado Walrus... a pesar de nuestras discrepancias en cuanto a los sucesos precisos de ese día... esa decisión de ir al cine luego de examenes fue la opción. aparte de que no había un alma en el condenado cine... a decir verdad, era la segunda vez que yo veía esa película... fue, por la conciencia de que la compañía entendería mejor, más disfrutable, la segunda que la primera...

en verdad dejó huella, cómo no

y no ma... ya son diez años!