Supongo que ya sabía a lo que iba: Más relleno, escenas eternas, personajes inventados, CG mal hecho. De todos modos fui a ver The Battle of the Five Armies. Para prepararme vi la edición extendida de The Desolation of Smaug y confirmé una vez más que Peter Jackson: a)Ya perdió el toque; y b)Evidentemente no quería dirigir estas precuelas. En las ediciones extendidas de LOTR tenemos elementos que expanden el universo cinematográfico de Tolkien, mientras que en las del Hobbit tenemos a Alfrid ofreciéndole testículos al Amo de Laketown. Sin duda una escena que le agrega mucho a la historia. Al igual que ocurrió con Return of the King, The Battle of the Five Armies pintaba para ser un festival de CG hecho a medias, dispuesto a saturar a la audiencia, sazonado con un epílogo eterno y vaya que lo fue. ¿El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos logró despedir a la Tierra Media como se merece? Empecemos con los spoilers.
El inicio de esta película debería haber sido el final de la anterior. En lugar de generar a la audiencia con hambre de más, solamente provocó el descontento general. El ataque de Smaug es bueno, pero con trabajos dura 10 minutos. Toda esa expectativa que se armó de un modo exagerado durante el tercer acto de Desolation of Smaug se va al carajo con lo rápido que vencen al dragón y avanzan a la siguiente parte de la historia. Hubiese sido mucho mejor tener toda la historia de Smaug en la película que tiene su nombre en el título. Su salida es menos satisfactoria que la de Saruman y si, en la edición extendida le dan un final digno del personaje, pero dudo mucho que puedan hacer lo mismo en este caso. El dragón muere y se preparan para enfrentar a Azog, un villano hueco, nada amenazante.
Peter Jackson fue contagiado del mismo mal que presentaba George Lucas durante las precuelas. En lugar de aprovechar y darle escenas de desarrollo a los personajes, se inclina más por crear secuencias de acción en las cuales pueda explotar todos los nuevos juguetitos que la tecnología ha puesto a su disposición. Viggo Mortensen lo notó desde las películas pasadas. Esto lo topamos durante toda esta trilogía, pero aquí lo vemos bien claro con el cambio repentino de Thorin. Apenas llegan a Erebor, Thorin de inmediato cambia y actúa como un personaje totalmente distinto. No hay desarrollo alguno, Jackson cree que con un par de líneas de Bilbo tenemos para entenderlo y aceptar el cambio. ¿Por qué no tuvimos un desarrollo como el que presentó Frodo en lugar de interminables secuencias de acción carentes de espíritu? Aquí tenemos un cambio de golpe, sin justificación y que se resuelve en un parpadeo, con una visión mágica en el momento oportuno. ¿El cambio de Thorin nos sorprende y nos hace sentirnos mal por él? Para nada, solo es un elemento más para hacer eterna la película. No nos genera dolor verlo dudar de sus compañeros los cuales lo han acompañado durante todo este tiempo. Esto se toma como un simple berrinche por parte de Thorin.
En cuanto a Bard, nuestro Aragorn de descuento, sigue sin tener presencia alguna, a pesar de que la película anterior intentó que el personaje y su familia fuesen interesantes. Él representa a los humanos... y nada más. La muerte de Smaug se da con tal rapidez que su redención pasa desapercibida. Intentan enjaretarnos a este personaje y darle el peso que ellos desean, pero no pasa de ser "el humano que ayudó a los enanos".
Es por esta falta de desarrollo y el "aceptar las cosas porque sí" que la muerte de Fili y Kili da igual, así como el "trágico romance" con Tauriel. Esto último hasta me recordó al episodio de Los Simpson donde Homero aprende a bajar películas de manera ilegal. La existencia del personaje de Evangeline Lilly y su relación con Kili parecen ideas de algún productor. "Si, pero... tenemos que meter la parte romántica, ya saben, para la audiencia femenina". ¿Cuál fue su desarrollo? Hablaron un par de veces, ella lo curó... y nada más. Ya con eso eran el uno para el otro. Claramente quisieron copiar lo que vemos entre Aragorn y Arwen, pero una vez más, en lugar de enfocarse en armar bien a sus personajes, prefirieron darnos el ataque de unos gusanos gigantes. Mención especial que durante esta escena de nuevo tenemos esa pésima edición que acompañó a Return of the King. Van a acorralar a Fili y de golpe pasamos a una toma de los demás enanos.
Dicho todo esto, ¿hay algo que me haya agradado de la película? Si, afortunadamente no todo es un desastre. La escena en la que rescatan a Gandalf es muy buena y posee el espíritu que debieron tener estás películas. De hecho, creo que con agregarle escenas de este tipo al relato original pudieron haberse hecho 2 películas bastante buenas. En el rescate de Gandalf tenemos la combinación ideal entre acción y fan service. Vemos a Galadriel, Elrond y Saruman tener su momento de brillar y además nos presentan el momento en el que Saruman se ve tentado por el poder de Sauron. Lo contrario a esta escena es la despedida de Thranduil y Legolas. "Ah, si, vete a conocer a Aragorn, lo habríamos metido en la película, pero el actor que lo interpreta tiene tantito respeto y se negó a participar ya que Aragorn no aparece en este libro". De haberlo dejado en "Hay cosas que aún no conoces de la Tierra Media, como los Dúnedain, no estaría mal que los conozcas", de menos los fans hubiesen entendido a la perfección.
Para finalizar, ese extra tan jodido en Bag End. ¿Qué le costaba solo poner a Bilbo llegar a su casa y tener ese momento de silencio? No, sigamos haciendo tiempo y agreguemos el momento "chistoso" de los habitantes comprando sus pertenencias. La apariencia de Bilbo en esa escena es la correcta, se nota su cambio interno y externo, su despedida de Thorin es de lo poco que quedó bien. ¿Para que manchar su llegada a casa (recordando las últimas palabras de Thorin con respecto al hogar) con una escena de chiste? Al menos el montón de finales de ROTK no se salían de tono.
The Hobbit: The Battle of the Five Armies es muestra de que Peter Jackson ya dio lo que tenía que dar desde hace más de 10 años. Un producto que ofrece muy poco, el cual hubiese tenido un mejor destino si su director y los productores no hubiesen querido exprimirle hasta la última gota a la obra de Tolkien de la cual tienen los derechos. Adiós a la Tierra Media, siempre la recordaremos por la historia de Frodo y sus amigos, no por esta excusa de más de 6 horas.